Hola!! Quiero iniciar este blog contándote un poco cómo empecé en esto de la fotografía. Eran las navidades de 2012 cuando los Reyes Magos tuvieron a bien regalarme una cámara reflex. Tenía en mis manos una Nikon D5100 con sus dos objetivos de serie, un mini trípode con sus patitas como un dedo de grosor, una mochila para guardarlo todo….. y un modo automático estupendo!!.

Este regalo llegó porque el verano siguiente tenía pensado hacer un viaje de 16 días recorriendo Italia y quería traer unas fotos estupendas de unas vacaciones que tenía por seguro que iban a cambiar mi vida y ya ves si lo hizo. Empecé a trastear con la cámara, leía y veía todo tipo de cosas en internet que me volvieron totalmente loco de información. Logré entender la profundidad de campo al jugar con el diafragma y, por lo menos, las fotos no me salieron oscuras ya que en el modo auto la cámara lo dejaba todo oscurísimo.

8 meses después nos fuimos a Italia. La verdad es que no hice mucho caso a la cámara en este tiempo porque con mi móvil sacaba fotos que me gustaban mucho más y no tenía que volverme loco con parámetros o carga de peso. Los recuerdos que traje, fotográficamente hablando, fueron: no tienes ni idea de usar este cacharro del demonio; mi pobre mujer esperando durante ratos demasiado largos para que hiciese cualquier toma; y una frase muy graciosa que nos decían en todos los sitios: «Nella foto». Pero, aunque no me diera cuenta, había probado las suficientes cosas como para que me entrara el gusanillo.

Cuando volvimos a casa, y vi las fotos, una me llamó especialmente la atención. Es la que ilustra esta entrada. Pensé: «que curioso que con la cámara puedo conseguir cosas que con los ojos no puedo ver». Entonces fue cuando algo en mí se despertó. Empecé a leer sobre los diferentes tipos de fotografia y vi uno que me apasionó: «la fotografía de larga exposición». Menudas imágenes del agua haciendo sedas, las estrellas, los rastros de los coches…. Me puse como un loco a buscar información sobre el tema, hacía pruebas y más pruebas en casa, hasta que decidí que lo mejor sería que alguien me enseñara. A principios de 2014 me dieron una masterclass privada de una mañana en la que descubrí el triángulo de la exposición y entonces sí que se me abrió un mundo de posibilidades. Pero en el verano de 2014 nació mi hija y me olvidé de la cámara (salvo para sacarle fotos a ella, por supuesto).

Con esto, llegamos al verano de 2015. Sí que es verdad que cada vez que salía me llevaba la cámara y seguía «jugando con ella» pero ese verano, estando en la Comarca de la Vera con su multitud de gargantas, en los ratos libres o leía o hacía fotos. Pensé que si ya sabia hacer el efecto seda, por qué no iba a sacar las estrellas. Devoré información sobre la fotografia nocturna, más o menos lo comprendí y me puse manos a la obra.

Con la primera foto que conseguí de los rastros de estrellas me volví loco. Aún no tenía intervalómetro, así que la hice a fotos de 5 minutos con un disparador que había comprado y con mi padre sin dormir para que me acompañara y no estar solo. Entonces fue cuando decidí aprender de verdad fotografía. En Septiembre de 2015 empecé mi primer curso de año completo. Seguí leyendo y leyendo y cada vez sacaba mejores fotos, era capaz de controlar el modo manual. Hice muchas escapadas de día y alguna suelta de noche hasta que llegó Julio de 2016 y fui al congreso Inight y eso fue…. Sólo pensaba: «quiero conseguir hacer ese tipo de fotos». Vías lácteas, edificios con estrellas o con nubes en fuga,… Una pasada vamos.

Al ver que cada vez iba sacando mejores fotografías y conseguía más o menos lo que quería, llegó el segundo punto de inflexión: » El Revelado», así que decidí dos cosas: la primera fue crearme redes sociales para poder enseñar mis fotografías y ver qué le parecían a la gente, si gustaban, si no, ver las fotos de otros,… Y la segunda fue apuntarme en octubre de 2016 a un curso de fin de semana de revelado, donde aprendí muchísimo. A partir de ahí, mi manera de ver la fotografía cambió.

Durante un tiempo me dediqué a aprender bien el flujo que estaba desarrollando de revelado, a mejorarlo y llegué hasta el punto en que el que estoy en este momento. Pero también quería sacar imágenes impactantes así que me apunté a curso de fotografia creativa y empecé a estudiar composición.

La verdad que este año 2017 está siendo realmente gratificante porque, con más miedo que vergüenza, presenté dos fotos al concurso FINE ART, con la sorpresa de que les concedieron una nominación a cada una y también gané el concurso de Humanes. Además, el pasado 6 de octubre obtuve el primer premio en el II Maratón Fotográfico Starlight Islas Cíes 2017!! Todo esto ha provocado que tenga más ganas de aprender, de mejorar mi técnica, composición, revelado y, en definitiva, de hacer mejores fotos.

Y, así, he llegado hasta hoy. He creado mi propia página web, tengo algunos proyectos abiertos y un montón de ilusión por seguir adelante.

Me gustaría agradecerte que te hayas tomado un rato para poder leer estas líneas y, si necesitas cualquier cosa, no dudes en ponerte en contacto conmigo.

No quiero terminar esta primera entrada sin dar las gracias a todos los que me he cruzado en este tiempo, seguro que algo he aprendido de vosotros. En especial a Gabi y Sandra por vuestra paciencia y ayuda; a mi padre, por aguantar mis primeras salidas nocturnas; a mi madre, por tu fe ciega en las cosas que hago; a Javi, por lo mucho que me has enseñado; y a mi motor, sin ti no haría todas estas cosas, MUCHAS GRACIAS SARAY!

Un Saludo

Miguel Gomez.