Pues ya hemos comenzado 2018…. Qué rápido pasa el tiempo, ¿verdad?. No somos conscientes de esto hasta que vienen estas fechas, miras hacia atrás y te das cuenta de todo lo que has hecho, lo que te ha faltado y lo que te hubiese gustado llevar a cabo. Y de eso voy a hablar hoy, de lo que ha sido para mí este pasado 2017, y de lo que espero del recién estrenado 2018. Allá vamos….

Creo que el resumen más rápido es que 2017 ha sido el año de la «confianza»… Lo que quiero decir con esto es que he tenido un punto de inflexión en el que he confiado en que mis imágenes podían valer para algo. He dejado atrás la fase de disparar como un loco y he empezado a preparar las tomas. No podría estar más orgulloso de los resultados obtenidos en los pocos concursos en los que he presentado fotografías (si no los sabías, este año me han reconocido con 2 nominaciones en los premios FAPA de Londres, 3 menciones en los premios ND Awards, también en Londres, un primer puesto en el 2º maratón starlight de Islas Cíes y otro primer puesto en el concurso «El Agua, rincones con encanto» de Humanes de Madrid). Todos ellos me han supuesto un extra de confianza. Pensar que mi fotografía pudiera llegar a gustar era, a primeros de año, una utopía.

También lo puedo catalogar como el año del esfuerzo, porque he pasado muchísimas horas delante de libros, Ipad, ordenador…, aprendiendo y llenando mi cabeza de nuevos conceptos para transmitir cosas nuevas en mis fotografías. No lo consigo siempre pero, por eso, sigo estudiando, para llegar a lograr un estilo propio que me diferencie del resto.

Se me han quedado muchísimas cosas en el tintero en este pasado año. ¡¡Sólo he podido salir a hacer vía láctea una vez en todo el año!!! Eso sí, mereció mucho la pena, aunque sólo haya sido esa vez. ¡Menudo viaje a las Islas Cíes! Aunque he conocido Ordesa, no pude disfrutarlo como yo pensaba y es que me dió muchísima pena que el otoño en el pirineo aragonés no existiera: no había agua ni apenas tonos ocres en los árboles. Es más, uno de los guardas que tuve la suerte de conocer lo calificó con un 3 sobre 10. ¡Y aún no nos creemos lo del cambio climático! En fin, que me voy del tema… También estuve en los Arribes de Duero en primavera. He perdido la cuenta de cuantas ruinas he visitado pero se han quedado muchos rincones de nuestra geografía por recorrer y disfrutar. Y, de los que sí me he acercado y no he podido o sabido sacar el provecho que merecen, ya tengo excusa para volver a ir, quién sabe si en este 2018.

Para este año 2018, lo que de verdad me gustaría es llegar a asentarme, coger una línea, no perderla, ser fiel a mí mismo y, quizá, seguir acumulando reconocimientos, seguir haciendo ruido y, poco a poco, hacerme un hueco en este mundo que, para mí, ya se ha convertido en más que un simple hobby. Y lo más importante: seguir saliendo al campo a disfrutar de la naturaleza, de las estrellas y seguir riéndome y disfrutando junto a otros compañeros que, al final, es lo que siempre quedará en nuestra memoria

Y tú, ¿qué le pides a 2018?

Un Saludo.

Miguel Gómez.